Incorporar acciones de economía circular en los procesos productivos es una de las mayores metas a nivel mundial para un futuro cercano, y en Chile estamos comprometidos con acciones de este tipo en los distintos rubros económicos del país.
En el caso del consumo de plásticos, nuestro país se encuentra evaluando y aprobando diversas normativas que regirán de ahora en adelante el uso y consumo de este elemento, que, convencionalmente, proviene del petróleo, y en la mayoría de los casos permanece durante siglos en el ecosistema (como polietileno, polipropileno, ABS, PET, entre otros). Para hacerlos más sustentables, en el mercado existe la opción de crearlos a partir productos vegetales, tales como el aceite de soya, maíz o la fécula de papa, y se denominan bioplásticos.
En comparación con los plásticos convencionales, el bioplástico emite entre 0,8 y 3,2 toneladas menos de dióxido de carbono por tonelada. Además, algunos de ellos pueden llegar a ser biodegradables y eliminarse tratándose como residuos orgánicos. No obstante, su uso implica un ahorro energético en la producción, no contienen aditivos perjudiciales para la salud como ftalatos o bisfenol A, y no modifican el sabor ni el aroma de los alimentos contenidos.
Alternativas de este tipo ayudarán a que todos tengamos un mundo más sustentable. ¡Promovamos su inclusión en los procesos productivos del futuro!
Fuente: https://acortar.link/cgAup