Como muchas otras industrias, la construcción genera un importante porcentaje de residuos sólidos con alto impacto ambiental. En una mirada macro, el Ministerio del Medio Ambiente reporta que el 61% de los residuos sólidos son considerados de origen industrial, y, dentro de este porcentaje, se estima que el 56% proviene de la construcción.

Para normar la gestión responsable de estos residuos y obligar a que las empresas constructoras comiencen a establecer estrategias sustentables, en agosto de 2020 se lanzó la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular en Construcción 2035, que se sumó a la Estrategia de Construcción Sustentable (2013) y a la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040 para avanzar en el establecimiento de metas que guíen a Chile para convertirse en un país sustentable.

En detalle, la Hoja de Ruta RCD y Economía Circular propone que, para el año 2025, al menos el 15% de los materiales y sistemas constructivos cuenten con certificación de atributos circulares, aumentando a un 30% al 2035. Asimismo, plantea que al 2050 al menos el 30% del volumen de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) se valoricen, ya sea mediante la reutilización o el reciclaje, para la fabricación de nuevos productos.

En este sentido, las metas de economía circular para el sector de la construcción son claras, pero alcanzarlas se convierte en un desafío no menor. Para ello, en caso de no poder cumplir con las normativas a través de gestiones intrínsecas a cada compañía, empresas como Hidronor ofrecen la tercerización de servicios para el correcto transporte, tratamiento, revalorización, reciclaje, análisis y disposición final de residuos industriales.

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