Publicada el 03 de agosto del 2018.-
Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad alta. Son en general tóxicos para los seres humanos y entre los más susceptibles de presentarse en el agua destacamos mercurio, níquel, cobre, plomo y cromo.
El incremento de concentración en las aguas de estos compuestos se debe principalmente a contaminación puntual de origen industrial o minero. Los lixiviados de vertederos o vertidos de aguas residuales pueden ser asimismo una fuente de contaminación.
Ahora bien, no todas las aguas contaminadas con metales pesados presentan coloración, y en ocasiones, si las hay, no conseguimos detectarlas. Por ello, se recomienda una vigilancia de las aguas de consumo humano, analizándolas para comprobar que los valores de metales pesados registrados se encuentran por debajo del valor límite legal.
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